LA POLICÍA DUPLICA LAS MEDIACIONES DEBIDO A CONFLICTOS ENTRE VECINOS
Las quejas por ruidos suponen la mitad de los servicios, entre los que hay protestas por malos olores, acumulación de basuras y obras
06.11.13
«En el barrio ha funcionado muy bien, ha tenido éxito y se nota». Así resume el servicio de mediación de la Policía Local el presidente de la asociación de vecinos Nazaret Unido, José Antonio Barba. Iniciado en enero de 2010, la intervención en conflictos vecinales y familiares se ha disparado el último año, más que duplicado, al intervenir en todo tipo de servicios.
La mediación policial arrancó hace casi cuatro años en el distrito Marítimo, a modo de experimento social basado en un proyecto europeo. La idea era que la Policía Local abortara conflictos antes de que se presentaran denuncias, siempre que los problemas presentados no incluyeran una cuestión penal.
Quejas por ruidos, malos olores, acumulación de basuras, molestias de perros y gatos en viviendas o conflictos por la ocupación de la vía pública por talleres de reparación de coches, todos los asuntos donde debe primar la convivencia son susceptibles de entrar en esta mediación para lograr un acuerdo antes de que degenere en una denuncia.
Un año después de que se probara en los barrios del Marítimo se extendió a todos los distritos. En 2011 se registraron un total de 177 casos, mientras que un ejercicio después fueron 354 servicios realizados, todavía con un predominio del distrito del Marítimo.
Barba señala que para el buen funcionamiento de esta mediación es indispensable una estrecha relación con la policía de barrio, los 220 agentes que pertenecen a este servicio en toda la ciudad. «En Nazaret son frecuentas las charlas y reuniones», comenta, para citar como ejemplo la visita de una delegación policial de Bulgaria. «Visitaron un colegio y la sede de la asociación de vecinos para conocer cómo se trabaja con este sistema. Querían implantarlo en su país», precisa sobre la policía de barrio.
Entre las causas más atendidas destaca sobre todo las molestias por el ruido, que suponen el 66% de los casos. Aparecen quejas sobre los casales falleros, las terrazas de los bares y cualquier actividad que genere contaminación acústica en la vía pública.
En segundo lugar y a gran distancia se sitúan las quejas por la insalubridad de las viviendas (suciedad y malos olores), así como por obras que los denunciantes entienden se realizan fuera del horario permitido. Pero la mediación va más allá, precisaron fuentes cercanas al gobierno municipal, al subrayar trabajos relacionados con «los conflictos de convivencia, problemas interculturales, en el entorno familiar o educativo, así como actos vandálicos que requieren de intervención policial».
Si en 2012 se disparó el número de casos, este año el asunto es todavía más llamativo. Hasta el 30 de septiembre, precisan las mismas fuentes, se han producido 371 mediaciones por conflictos vecinales, aunque a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, con un claro predominio del distrito Marítimo, este año encabezan el listado los barrios de Ciutat Vella.
No en vano, la asociación de comerciantes del centro ha potenciado en los últimos meses esta colaboración con la Policía Local, para dirimir sin llegar a la denuncia los conflictos entre comercios y vecinos o locales de hostelería.
En lo que llevamos de año, se han resuelto un 86% de los asuntos presentados a la Policía Local, seis puntos más que en el ejercicio anterior. La estrategia de la mediación es que «las personas pueden resolver sus conflictos por medio del diálogo y con la ayuda de un policía, que deberá ser siempre imparcial», subrayan desde el consistorio.
La policía de barrio nació en Valencia en 1992, con una «filosofía preventiva, asistencial y solidaria». Es considerada la parte del Cuerpo más próxima a los vecinos, que pretende «anticiparse a los problemas evitando que se produzcan, localizando un conflicto». Para la mediación hay unas reglas de procedimiento mínimas, en un proceso que debe ser «imparcial e informal».
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